Friday, June 11, 2010

AGATHA Y PACAYA

Guatemala Junio 2010

Se cae la cortina y se desnuda realidad de un país con profundas desigualdades estruc­turales. Ahora más que nunca ha quedado demostrado que no es con maquillaje de pro­gramas asistencialistas como se afronta la situación de pobreza y desigualdad en el país.

Mientras que el Gobierno y sus instituciones se preparaban para un sim­ulacro de terremoto, se dejaron venir dos desastres de gran magni­tud para los que no se estaba preparado ni mucho menos advertidos.

 

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Millones se han invertido en los llamados programas de asistencia en remesas y bolsitas de co­mida, a la par de propaganda clientelista, una insultante cantidad de difusión demagógi­ca en los medios, en tanto que los ministerios de salud, comunicaciones, educación y agricul­tura han sido sistemáticamente socavados en sus fondos y en sus funciones como instituciones Estatales obligadas a garantizar la prestación de servicios de calidad y a la inversión en infraestructura.

La tragedia nacional generada por la erupción del Volcán Pacaya y la Tormenta Agatha, fueron eventos desencadenantes de un desastre construido y provocado por la falta de políticas serias de desarrollo rural integral, de salud, educación y energía accesible a la mayoría. Desde el Estado, las únicas dos acciones o políticas constantes, consistentes y claras han sido: “Cohesión social” desde una perspectiva asistencialista, superficial y electorera; junto al avance y desarrollo del “proyecto neoliberal”. El segundo favoreciendo a la consoli­dación del desarrollo de la actividad agrícola de los grandes terratenientes (empresarios nacionales e internacio­nales), a través de la implementación de los megaproyectos de infraestruc­tura que favorecen al gran capital.

Aparte de esas dos acciones, todo lo demás ha sido frágil, ambiguo, demagógico, cambiante e inconsis­tente. Ni siquiera el tema de la violen­cia y la seguridad ciudadana han sido abordados con seriedad. No en vano las organizaciones sociales, sindicales y campesinas han venido insistiendo en que se ponga atención al desar­rollo rural, a frenar la impunidad y la aplicación de medidas que pongan un alto a la voracidad de las empresas que lucran con los servicios privatizados como la energía, las comunicaciones, biocombustibles, minería y otros.

Ante la falta de atención del Gobierno a las demandas, las organizaciones se vieron obligadas a las medidas de hecho como el bloqueo de carreteras en días pasados. El Gobierno respondió con represión, y queján­dose de los bloqueos porque obstaculizaban el desarrollo de las actividades económicas del país. Allí está pues, hoy, Agatha y Pacaya son los que han bloqueado las carreteras como un llamado y un grito más fuerte de la naturaleza y de la madre tierra hacia la atención real de los problemas del país. Hoy lo que tenemos en frente es a nuestra Guatemala sin maquillaje, sin propaganda, sin vestido, con hambre y sed de justicia.

 

No podemos dejar de mencionar que estos desastres se suman a la tragedia ya vivida por la población en el corredor seco. El hambre y la problemática generada por la falta de seguridad y soberanía alimentaria que aque­ja la población, toda seguridad, empeorará.

Muchas son las quejas y las carencias di­fundidas por los medios de parte de la po­blación afectada. Llama la atención entre el­las, la politización de las acciones de ayuda y suministro de alimentos y abastos. Mien­tras tanto, lejos de constituir un verdadero apoyo, por un lado, los sectores poderosos y los grandes comercios aprovechan la situ­ación para generar mecanismos de evasión de impuestos a través de la canalización de ayudas financiadas por el público. Por el otro lado, los partidos políticos vieron la oportunidad de usar la aprobación del pre­supuesto para atender la emergencia como un medio para presionar y obtener benefi­cios y concesiones. Acto del cual ni siqui­era la desleal bancada de la UNE se escapó.

Como Consejo de Instituciones de Desarrollo que actúa en 17 Departa­mentos en el país a través de sus 12 organizaciones asociadas, considera­mos que los efectos de este desastre vienen a exacerbar más las condi­ciones precarias en las que ya se encontraba la mayoría de la población.

 

Creemos además que la reconstrucción debe tener un carácter participati­vo en el que las organizaciones y comunidades tengan pleno control y puedan ejercer auditoría social. Las comunidades no deben ser meramente recepto­ras, sino participantes activos en la planificación ejecución y monitoreo de la ayuda y de la reconstrucción para que haya transparencia en todo el proceso.

 

Creemos importante la reorientación de los rubros del presupuesto nacional mediante una dis­posición inmediata y su redistribución en consulta con las autoridades locales en todo el país.

 

Los procesos de licitación para las obras de reconstrucción deben llevarse a cabo con transparencia para evitar el aprovechamiento de los políticos y empresarios corruptos.

 

Deben implementarse acciones para frenar la especulación en los pre­cios de los alimentos y la manipulación de los grandes comercios, que uti­lizan la ayuda humanitaria aportada por el público consumidor en sus tien­das, como mecanismo para evadir cumplir con sus obligaciones tributarias.

 

Deben crearse los fundamentos legales para la condonación de deudas vinculadas a la producción agrícola de los pequeños productores así como del arrendamiento y ac­ceso a tierras.

 

Los servicios públicos como salud, vivienda, agua, educación y energía eléctrica de­ben garantizarse en todo el país.

 

Las organizaciones sociales debemos convertirnos en vigilantes activos y participati­vos del proceso de reconstrucción, ya que siempre hemos estado en las comunidades contribuyendo al desarrollo sin pretender reemplazar las obligaciones del Estado con las comunidades.

 

De acuerdo al monitoreo que desde nuestras asociadas en COINDE, hemos realizado sobre las necesidades más urgentes de la población, estas son:

  • Agua purificada para beber y limpieza
  • Reconexión inmediata de la tubería de agua o los tanques de captación o distribución que se han perdido
  • Alimentos adecuados a las personas daminificadas, diferenciando por edad (recién nacidos, niñas, niños, jóvenes, señoritas, mujeres, hombres, ancianas, ancianos) y grupos étnicos (de acuerdo a sus costumbres y formas de consumo)
  • Medicamentos y personal técnico adecuado para atender emergencias, primeros auxilios y que pueda remitir casos graves a centros de salud u hospitales
  • Techos mínimos adecuados para salir de la emergencia, colchonetas, ropa de dormir, para luego iniciar los procesos de reconstrucción de viviendas dignas
  • Ropa de dormir y vestir[1] diferenciando niñas, niños, mujeres, hombres y con respeto a sus costumbres tradicionales.

COMUNIDADES AFECTADAS SEGÚN COBERTURA DE COINDE

Departamento

Familias a atender

Comunidades

Guatemala

679

Amatitlán: La línea, Cañada, Agua de las Minas, Amatitlán, San José, Cantón el Arenal, El Rosario, Cantón el Arenal, El Arenal, 10

Chimaltenango

300

Pochuta, Sta Apolonia, Sn.Martín Jilotepeque, Tecpán, San José Poaquil, 6

Union victoria 1

Huehuetenango

544

Cuilco, San Mateo Ixtatan, Nentón, San Idelfonzo Ixtahuacán, otros pendientes 5

42

4 comunidades de Santa Bárbara 4

107

San Ildofonso Ixtahuacán Polajá, San Miguel, Chejoj, 4

Retalhuleu 651

326

Champerico, Cuchuapan, El Triunfo, ontecristo

La Gomera, El Rosario, parcelamiento 7

325

Champerico, Barrio Bilbao, Aldea granada , Monte cristo, Guayacam, Viñas del mar, El refugio, Unión Maria del mar, Santiago Agrícola, El palmo, San Andres la Maquina, c.10, c.8, polígono, La varona, el Tulate , los encuentros, C.8, sis la naranjera, Tulate playa, Tulate tierra 22

350

Champerico, María del Mar, y El triunfo 3

Suchitepequez

130

Patulul, El Tesoro, Nueva Esperanza 3

Quetzaltenango

22

Zunil, almolonga, Alaska 3

Alta Verapaz

103

Fray Bartolomé de las Casas, Cobán 2

Quiché

304

Ixcán 16

Pachalum, San Vicente 2

Sololá 1093

203

Sololá :Pixabaj, Caserio los Yaxon, Chaquijya, Chuacruz, Morales, Cooperativa Chaquijya, Xajaxac y

San Jorge la Laguna 9

252

Nahualá: Pasajquim, Patzite, Xepatuj y Chuiculil 9

238

Santa Catarina Ixtahuacan:

Sipala, Comon Oj, Pak’awex, Palá, Xecuchin, Chuibalaba, Chuiatzam, Guineales, Chuachinup y Buena Esperanza 10

400

San Lucas Tolimán 1

San Marcos 5

Tacaná:
Sajquim, Villa Hermosa, Canibalillo, aldea el rosario, Tuichapse. 5

Chiquimula 3

3 comunidades del municipio de Olopa:

aldea tuticopote arriba, aldea roblarcito y

aldea talquezal:  3

Livingston2

Las Tortugas y Se' saab' 2

Totales 12 departamentos

4,325 familias

127 comunidades


[1] tomar en cuenta que en las poblaciones indígenas usan cortes y güipiles.

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